jueves, 19 de noviembre de 2009

CREPUSCULO

Nunca pensé mucho sobre cómo iba a morir, pero morir en lugar de alguien a quien amo parece ser una buena manera. No me arrepiento de la decisión que me llevó cara a cara con la muerte, porque también me llevó a Edward. Cuando llegue al lugar acordado con aquel malvado vampiro, que lo único que deseaba era mi sangre, entre en aquel viejo estudio de ballet donde descubrí que todo había sido una farsa, aquel vampiro llamado James, me la había jugado cuando me hizo pensar que la persona por la que moriría “mi madre” era prisionera de aquel infame vampiro. A punto de morirme, por todo el dolor que me estaba haciendo pasar, apareció Edward, tras una lucha brutal entre los dos, James dio un fuerte golpe a mi querido Edward, que lo dejo tirado en el suelo, arrastrándose como pudo llego a mi cuando ya solo me quedaban breves instantes de vida mordió mi brazo en el mismo lugar que me había mordido James y succiono todo el veneno que me estaba matando, y pese que para el era muy difícil consiguió parar de chupar mi sangre antes de que con su mordisco me convirtiera en vampiro como ellos o algo mucho peor ¡que me llegara a matar!.Lo último que recuerdo de aquel momento fue al paz que sentí al desaparecer el veneno de mi sangre y ver a Edward que había conseguido vencer su miedo ya que el su familia los Collen solo tomaban la sangre de animales y no de humanos , como ellos decían son vampiro vegetarianos y es por ello que al evitar la sangre humano no son asesinos aunque saben que si sucumben a sus instintos podrían llegar a no poder parar a tiempo de chupar la sangre y matar o volver vampiro a la persona que quieren.



Todo esto fue lo que me había contado aquel día que me llevo al claro de un bosque a la luz del sol para poder enseñarme como realmente era.
Brillaba como si tuviera miles de diamantes en su cuerpo y no pude evitar decirle lo hermoso que era, el no se lo creía lo único que decía constantemente era que era un monstruo y que tendría que haberme alejado de el, porque el no sabía hasta que punto podría resistirse a mi sangre, le dije “ yo confío en ti , no tengo miedo, se que nunca me harías daño”. El tenía algo muy especial que lo hacía irresistible, y no pude ni quise evitar enamorarme de el.



Que el era diferente lo supe el primer día que lo ví cuando llegue a un pequeño pueblo llamado Oxford a vivir con mi padre, ya que mi madre se había vuelto a casar y su marido viajaba mucho y ella tenía que quedarse en casa por mi culpa, así que decidí que lo mejor era que me fuera a vivir con mi padre que era el jefe de la policía de este pequeño pueblo en el que siempre hacia mal tiempo. Mi padre me tenía un regalo sorpresa que resulto ser un coche para poder ir al instituto yo sola.


Poco a poco fui haciendo amigos en el instituto y llegó el día en que ví por primera vez a Edward , desde ese primer momento cada vez que nos cruzábamos nos mirábamos fijamente, como si los dos ya supiéramos que estábamos hechos el uno para el otro.


Día a día intentamos resistir toda la atracción que sentíamos, pero fue imposible. Empezamos a coincidir en las mismas clases y nos poníamos juntos, hablamos mucho sobre mi vida, pero el nunca quería hablar de la suya y yo siempre supe que tenía algo que ocultar.
Mi padre al ser policía me contó que estaban apareciendo cadáveres de personas que parecía que los había atacado un animal salvaje.
Edward, tenía una fuerza increíble, sobre natural lo supe aquel día en que me salvo de morir aplastada por un coche, el se interpuso entre el coche y yo y lo paro con su mano, había sido increíble me había salvado de morir aplastada, a partir de este momento sentí que el me protegía de todo el mundo, recuerdo también aquel día en el bosque me había dicho que era capaz de leer todas las mentes del mundo menos la mía. Y eso creo que fue o que le atrajo a Edward de mí.


Era muy veloz, nunca lo había visto comer ni beber y cuando había un día de sol el desaparecía, todo eso era muy extraño. Así que comencé a investigar por mi cuenta, hasta el momento en que todo cuadro, “ Edward era un vampiro”, y lo que es peor llegue a pensar que el tenía algo que ver con los asesinatos sin resolver que había en el pueblo.
Entonces el me explico todo, me dijo que tanto el como su familia eran vegetarianos que solo se alimentaban de sangre de animales nunca de seres humanos, para que lo entendiera me dijo que era como si nosotros nos alimentáramos solo de Tofu, te alimentas pero nunca llegas a estar totalmente satisfecho, yo le entendí, y lo seguía queriendo fuese lo que fuese, me explico que había más vampiros aparte de su familia eran otros distintos que si que mataban humanos y eran los culpables de los asesinatos.




Un día me invito a ir a su casa y conocer a su familia.
Cuando llegue parecía que no les gustaba mucho a su familia ya que ellos que nunca comían ni cocinaban y habían cocinado pero yo como pensé en que ellos no comían yo ya lo había echo en mi casa y eso no les pareció muy bien.


Luego fuimos todos a jugar un partido de béisbol y de repente aparecieron los vampiros malos, y cuando descubrieron que yo era humana querían alimentarse de mi sangre y la familia Collen no lo permitió, Edward me llevo a un lugar seguro o eso creiamos, unos días más tarde recibí la llamada de uno de aquellos malvados vampiros James, diciéndome que tenía a mi madre y que la mataría si no iba a donde el me dijera y sin decirle nada a Edward.


Cuando todo hubo pasado me desperté en un hospital , Edward me había salvado yo tenía una pierna rota , pero eso no me impidió ir al baile de fin de curso acompañada de el.
“ le dije que quería pasar el resto de mi vida y más con el a su lado” le pedí que me convirtiera en vampiro y el me respondió que no quería que yo pasara por todo eso que “ teníamos toda una vida para estar juntos”.




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jueves, 29 de octubre de 2009

EL PORQUERIZO

Soy un Principe que ando mal de dinero y mi reino es pequeño pero quiero casarme. Se lo pedi a la hija del Emperador, la obsequié con las cosas que tenía más preciadas en mis manos; una rosa tan maravillosa que cualquier persona que la oliese se olvidaría de todas sus penas y preocupaciones. Además de un ruiseñor de cual canto era el más bello de todas las melodías del universo. Se las envié en cajas enoermes de plata, ella se negó a recibirme y rechazo mis obsequios.
Eso me molesto mucho así que decidí idear un plan para colarme en el reino, y fui a pedirle al Emperador trabajo. El me dió el trabajo de Porquerizo del reino por lo que le asignaron un reducido y mísero cuartucho en el sotano junto a los cerdos.
Estube trabajando todo el día para impresionar a las princesa y al llegar la noche elabore un pucherito rodeado de cascabeles que se agitaban cuando se empezaban a cocer y tocaban aquella vieja melodía: ¡ Ay querido Agustín todo tiene su fin!, pero lo que más impresionaba era que cuando ponia el dedo en el vapor se adivinaban todos los manjares que se estaban cocinando en todos los hogares del reino, la princesa al oir la melodía mando a una de sus damas que viniera a preguntar que cuanto pedía por el pucherito, yo le respondí: "que diez besos de la princesa".
La princesa muy indignada acabó aceptando, las damas se puesieron alrededor nuestra y me dio los diez besos y yo a ella el pucherito.
Eso me permitio darme cuenta de como era la princesa, era tan avariciosa que daba cualquier cosa por conseguir lo que quería. Al día siguiente hize una carraca que cuando giraba tocaba todas las danzas conocidas desde que el mundo es mundo.
La princesa volvio a oír lo nuevo que había fabricado y como era tan avariciosa volvio a mandar a otra dama para preguntarme cuanto pedía por la carraca, yo le respondía que cien besos de la princesa, otra vez la princesa acabó aceptando. Con todo ese alboroto, el rey decidió bajar al patio a ver lo que ocurria, al verlo el rey no daba credito a lo que veia y echo a todos del reino.

Llovia y la princesa lloraba por lo que había sucedido y se arrepintió de no haber aceptado a aquel principe . Me escondí detrás de un árbol y me limpié la cara que tenia pintada de negro y los trapos que llevaba como ropa y me vestí como el principe que soy. Le repliqué a la princesa todo lo que había sucedido y entre en mi castillo y le dí con als puertas en las narices. Mientras la princesa se quedó fuera cantando : "¡Ay, querido Agustín todo tiene su fin!" .